Fuente Diario La Opinion Austral. 18/8/2011.
Primer juicio por Trata que apunta a “Las Casitas”
Declaran en el juicio por Trata los policías federales que efectuaron el operativo
En la continuidad del juicio por tráfico de personas que se desarrolla en la provincia de Chaco, hoy prestarán declaración efectivos de la División Trata de Personas de la Policía Federal que encabezó el operativo donde se rescató a dos mujeres que eran obligadas a prostituirse en el local “El Deseo”. Las acusadas negaron los cargos. Trascendió que policías tendrían una “ficha” en la cual llevaban el control de los locales nocturnos.
Jueves 18 de Agosto de 2011
Los tres jueces federales podrían en septiembre resolver una sentencia sobre este caso que tiene como escenario a “Las Casitas de Tolerancia”. (Foto / Diario Norte)
En el primer juicio por Trata de Personas que se desarrolla en la capital de la provincia de Chaco y que tiene como escenario del hecho a “Las Casitas” de Río Gallegos, en la jornada de este jueves prestarán declaración los policías de la División Trata de Personas de la Policía Federal que encabezaron en la madrugada del 20 de febrero de 2009 el procedimiento que permitió la liberación de dos víctima del delito de Trata, entre ellas una mujer oriunda de Chaco, por la cual se inició la investigación, y hoy se determinan las responsabilidades de los acusados en lo que podría ser una red de tráfico de personas, que está integrada por quien captaba a las víctimas en provincias del Noreste y quienes las prostituían en esta ciudad.
También ha trascendido en el juicio, que la Policía provincial, más precisamente la Seccional Segunda, por jurisdicción, tenía una “ficha” de cada uno los locales nocturnos, y que semanalmente se realizaba una inspección “sorpresa” para “verificar” si en los establecimientos se hallaba la misma cantidad de mujeres que se había reportado para su habilitación o si se había llevado algún cambio entre las alternadoras. Por esta modalidad, la Fiscalía podría citar a las autoridades de la dependencia policial que estuvieron al frente.
En tanto, en la continuidad del proceso, ayer prestaron declaración tres policías que participaron de la investigación en las ciudades chaqueñas en Sáenz Peña y Resistencia.
Desde la delegación de la Policía Federal de Río Gallegos descartaron que se haya citado a efectivos de esa dependencia por este caso y que el exhorto de la Justicia fue para la División Trata de Personas con sede en Buenos Aires, que encabezó el procedimiento donde fue rescatada la joven Zamora, traída engañada y obligada a prostituirse en el burdel “El Deseo” del “barrio”.
El martes, las mujeres acusadas del hecho negaron ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Resistencia la existencia de un caso de Trata y se mostraron sorprendidas por los hechos que se les atribuyen. También hay un hombre imputado, sindicado como el dueño del local.
El juicio
El diario chaqueño Norte publicó que la primera en subir al estrado fue la reclutadora chaqueña Soledad Monzón, que publicó los avisos clasificados y contactó a más de 8 personas para que trabajaran en “El Deseo” durante febrero de 2009.
Monzón ya había estado en este cabaret, propiedad de Luis Alberto Díaz, como encargada de la barra, es decir que su función no incluía tener relaciones sexuales con los clientes a cambio de dinero. Sin embargo, las otras dos imputadas aseguraron que en varias oportunidades “todas tenían que alternar”.
La reclutadora trabajó en Río Gallegos varios años, pero siempre regresó a Resistencia. Para comienzos de 2009 “se quedó sin trabajo y como necesitaba dinero para el alquiler se lo pidió prestado a Díaz”.
El dueño del burdel no tuvo problemas en mandárselo, pero le solicitó que publicara un aviso en los diarios para conseguir nuevas chicas. El clasificado rezaba “se necesita chica para trabajar en una whiskería en Río Gallegos”.
Este aviso se publicó durante dos semanas, tiempo en el que consiguió un grupo importante de interesadas. Según Monzón viajaron al sur: un chico que hacía shows, dos chicas de Resistencia y dos de Villa Ángela.
En tanto, otras tres personas fueron contactadas: dos hermanas, que recibieron el dinero para viajar pero no compraron el pasaje, y otra chica de Resistencia descartada durante la entrevista por ser menor de edad.
Monzón explicó que “recibió en su celular un mensaje de texto que decía “llámame, es por el aviso, y firmó Ceci”. Según la imputada, habitualmente “la llamaban y este fue el único caso que debió llamar”.
“El mensaje llegó poco tiempo después de que el aviso se dejó de publicar, igual la llamé. Cuando charlamos yo le comenté de qué se trataba el trabajo y ella me anticipó que tenían experiencia de trabajar en su zona”, destacó.
“Por teléfono me adelantó que no tenía plata para viajar a Río Gallegos, como yo tampoco tenía recursos necesitaba que Díaz me lo deposite en el Banco Nación y pasar a cobrarlo el lunes”, señaló.
“Ese lunes ella llegó a la mañana y mientras yo estaba en el banco me informó que había llegado a la terminal. Recién la pude pasar a buscar al mediodía. Compré el pasaje hasta Santa Cruz pero con escala, porque el directo recién salía a la noche”, agregó.
“Me llamó la atención que quiera partir tan pronto, la mayoría piensa unos días antes de tomar la decisión, pero ella quería viajar inmediatamente. Pidió bañarse antes de partir, entonces la llevé a mi casa donde tomó una ducha”, explicó.
“Charlamos un tiempo, le expliqué de qué se trataba el trabajo y me pidió que le comprara unas botas, yo le respondí que no tenía plata y que tampoco le convenía endeudarse tanto porque no le iba a quedar nada”, detalló. “A mitad de viaje me mandó un mensaje porque había un corte y temía no llegar a tiempo para tomar el colectivo hasta Río Gallegos. Le di el teléfono de Díaz para que le informe si pasaba algo más”, subrayó.
El arresto
Monzón prosiguió relatando que “una semana después la llamó una de las chicas del Chaco para avisarle que habían sido arrestados Díaz y otras dos personas, mientras que Zamora junto con una santafesina de apellido Chamorro se fueron con la Policía”.
Al poco tiempo se contactó con la hermana de Díaz que le informó el traslado a Sáenz Peña. Como no tenían recursos le pagaron el traslado y el alojamiento en un hotel de la ciudad termal.
La imputada manifestó al tribunal que “en su momento habló con el abogado defensor de Díaz para indicarle su disposición de declarar ante la Justicia porque ella había sacado el aviso clasificado”.
“El abogado me dijo que no era importante, ya que con aviso bastaba y si era necesario la iba a convocar. Ya en el Juzgado la hermana de Díaz y yo pedimos hablar con la juez para explicarle la confusión, pero nos aconsejaron que lo hiciéramos con un abogado de por medio. Cuando supe la fecha que iba a declarar Díaz fui al Juzgado y me senté a esperar al lado de Zamora. Más tarde me arrestaron y allanaron el departamento donde estaba durmiendo”, comentó.
Conocía la imputación
Más tarde, declaró un oficial de la Policía Federal que detuvo a Monzón y allanó la habitación donde estaba hospedada. Su testimonio sorprendió al fiscal y a los jueces porque ratificó que durante la inspección descubrió una copia del texto de la Ley de Trata de Personas en una cartera.
El documento estaba en la cartera de Monzón, es decir que ella estaba en conocimiento de que a Díaz y las otras dos chicas los habían detenido por un caso de trata de personas. Si leyó la norma también debió saber que la Justicia golpearía su puerta.
Las chaqueñas que trabajaron en El Deseo
Si bien durante la jornada de testimonios no se pudo determinar cuántas mujeres estaban trabajando en “El Deseo” al momento de ser allanado por la Policía Federal, al menos había dos chaqueñas oriundas de Villa Ángela. Para esas fechas otras dos jóvenes de Resistencia habían sido enviadas por Monzón, originalmente el grupo estaba conformado por tres, pero una resultó ser menor de edad y la organización le revocó la oferta laboral.
Si bien las otras dos imputadas no mencionaron la supuesta fuga de estas dos chicas, es posible que haya sucedido, por lo que, al momento de arribar Zamora a Río Gallegos, sólo estuviera el grupo de Villa Ángela y no el Resistencia. Según Monzón todas las chicas y el joven, de los que no trascendieron datos concretos, sabían perfectamente cuál era su destino porque habían trabajado en el Afair.
Luego de la larga declaración de Monzón testimoniaron las otras imputadas, Giménez y Obregón, dos jóvenes oriundas de Pirané, Formosa y El Dorado, Misiones, respectivamente. Ambas trabajaban como coperas y hacían pases, es decir se acostaban con los clientes a cambio de dinero. Giménez declaró que ella recibía por copa el 30 por ciento, mientras que con el pase ganaba 70 pesos, de los cuales 20 eran para el dueño del cabaret, Luis Alberto Díaz, al que en varias oportunidades se refirieron como “el patrón”.
Giménez sostuvo, sin ningún inconveniente, que “todas las chicas hacían pases”, pero no quiso o pudo afirmar si Zamora había estado con algún cliente en alguna de las piezas del prostíbulo El Deseo.
Resulta que ambas sabían que la chaqueña no tenía libreta sanitaria y que el turno para ficharla era para el día siguiente a su liberación. Si bien puede que se enteraran del trámite por medio de alguna charla, también es posible que lo sepan porque efectivamente era responsabilidad de ambas el cuidado de Zamora.
El incidente con Chamorro
Obregón declaró que una noche Chamorro sufrió una descompensación y fue trasladada en un remise al hospital de Río Gallegos, luego de este percance ya no trabajó más en el salón debido a que le hacía mal el humo del cigarrillo.
La pregunta que cabe es por qué razón -si tenían todas las libertades para irse de Santa Cruz- Chamorro debió quedarse a riesgo de su salud y debió aceptar las tareas de limpieza del salón, las habitaciones y el departamento. Además, cuando fue allanado el local, Chamorro estaba en las dependencias del fondo encerrada y la Policía debió pedir que abrieran la puerta. Cuando ingresaron los uniformados logró su libertad.
Obregón también destacó que “a comienzos de año eran dos las que trabajaban en el local El Deseo, pero que de golpe aparecieron 6 chicas”. Cruzando testimonios, los refuerzos eran en su mayoría del Chaco. Las últimas en llegar fueron Chamorro y Zamora.
Si bien la empresa de Díaz antes del aviso publicado en la provincia estaba escasa de recursos humanos, se pudo determinar que llegaron a trabajar más de 15 mujeres al mismo tiempo, lo más probable es que todas hayan tenido que hacer pases.
Las imputadas mencionaron varios nombres y apodos, entre ellos el de Romina, posiblemente una de las chaqueñas. Otra anécdota que relataron fue que “el día libre llegaron hasta un pool donde se encontraron con un grupo de jóvenes”.
“Romina y Zamora pasaron la noche con este grupo de muchachos, regresando a El Deseo recién a la madrugada”.
Aparentemente una de ellas se asustó cuando se despertó en una habitación llena de espejos”, señaló.
Zamora trabajó
Durante los 8 días en los que Zamora estuvo en “El Deseo” trabajó en el salón haciendo copas, pese a no tener la libreta sanitaria.
Aparentemente todos los fines de semana se controlaba que todas las que hacían pases tuvieran al día el certificado, y en caso de una irregularidad el negocio era multado. Tanto Giménez como Obregón admitieron que “Zamora comenzó a trabajar no bien llegó y que Díaz le pidió al resto de las chicas que le prestaran ropa porque ella no tenía mucho más que lo puesto”.
En otras palabras todos tomaron un riesgo innecesario al permitir que la chaqueña trabaje pese a no tener los papeles en regla. Esta duda fue varias veces planteada por los jueces a las dos imputadas.
Sobre el cierre de la jornada el tribunal informó que Zamora tiene un embarazo de riesgo y por lo tanto no se puede trasladar a Resistencia. En tanto, Chamorro no asistió a una entrevista prevista para julio, pese a estar notificada personalmente.
Se estima que el juicio se extenderá hasta fines de este mes y que en la primera semana de septiembre habría una sentencia.
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