jueves, 22 de marzo de 2012

Testimonio de la Madre de Huerta

Desgarrador testimonio de la madre de Huerta en el juicio de Marita Verón

Desgarrador testimonio de la madre de Huerta en el juicio de Marita Verón
10:02 - Dos de los imputados en el hall del Tribunal. (Foto: Gentileza La Gaceta)
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10:02 | Alejandra Huerta –víctima de Trata y testigo- fue quien abrió el día martes el debate por la desaparición de Marita Verón. En su testimonio Huerta finalizó contando: “En Río Gallegos me prostituí hasta el 2004, después estuve un año y medio en El Calafate, donde también ejercí la prostitución porque quería, era dueña de mi plata y de mi libertad”.
Además dijo que en ambos lugares: "Tenía mi libreta sanitaria, se hacían controles, y veían si había menores de edad".
Pero ninguno de los abogados presentes observó que Santa Cruz violara la ley 12.331, que desde 1937 prohíbe los prostíbulos y la explotación sexual.
Huerta recordó que conoció a Susana Trimarco cuando fue llevada por un oficial a una Comisaría de Río Gallegos, ya que Trimarco quería saber si Huerta había visto a su hija Marita Verón.

Rescató a su hija de la red
“Se acercó más tarde la señora Liliana y me dice: No señora, yo he gastado mucho por su hija, así que me la tiene que dejar”, contó Inés Juárez, madre de Alejandra Huerta ayer en el juicio por la desaparición de Marita Verón.
Sin duda el testimonio de Juárez fue desgarrador, en su relato se quebró y lloró al recordar la pesadilla que vivió su hija y su lucha para poder sacarla de la red de “Trata”.
En esta historia además se pudo ver claramente que los captores de las víctimas no tienen escrúpulos para conseguir lo que quieren, un ejemplo del caso fue cuando a Juárez no le quisieron entregar a su hija porque habían gastado mucha plata en ella.

Testimonio
La mujer narró que un día su hija desapareció de su casa. Cuando comenzó a buscarla por distintos lugares de la provincia, un hombre se contactó con ella y le dijo que Alejandra había sido detenida. Después pudo averiguar que fue llevada hacia La Rioja. Allí, enterada que estaba en una "whiskería", hizo contacto con "mamá Lili", como era conocida Medina –imputada- quien le dijo: "a tu hija no te la llevarás, pagué mucho por ella. Y más vale que no avises a la policía de Tucumán, la tenemos vigilada".

Río Gallegos
En cuanto a esta ciudad, Juárez contó que cuando su hija estaba en Río Gallegos  hablaban seguido por teléfono. Como así también que le enviaba dinero para sus sobrinos.

Acto de desesperación
Luego relató que posteriormente estableció un nuevo contacto con "Lili", a quien le mintió -en un acto de desesperación- que la abuela de Huerta estaba en grave estado, por lo que necesitaba llevársela. Frente a ello, la madama accedió. "El 'Chenga' la trajo y cuando mi hija me vio, corrió hacia mis brazos y lloramos. Gómez le rogaba que regresara, pero no lo hizo", recordó, nerviosa, ante los jueces.
“Cuando logré rescatar a mi hija, una camioneta nos seguía hasta la entrada de Tucumán por la ruta haciéndonos tiros” sentenció.

Caso
Juárez además narró: “Daniela Milhein es madre de una sobrina mía. Un tiempo atrás conocí al Chenga y a la señora Liliana”. “Luego me enteré que Milhein llevaba a trabajar a mi hija de niñera a Córdoba eso fue lo que me decía mi hija”.
Siguió contando: “Como era trabajo para mi hija, la dejé ir. Eso fue en el 98. Al poco tiempo cuando volvieron me entero que fueron a La Rioja, no me gustó y me la lleve a mi casa. Al poco tiempo mi hija se volvió a escapar”.
La mujer al no saber nada de su hija fue a la policía para que la guiaran para encontrarla, al mismo tiempo denunció el caso en la Fundación “Pibe”.
Como seguía sin tener respuesta decidió ir a la Brigada de Investigaciones donde también contó lo que pasaba con su hija: “Al día siguiente me llama mi mamá y me dice que Alejandra estaba en mi casa”.
Juárez contenta con la noticia fue a su vivienda donde su hija le manifestó que estaba bien: “Que se había juntado con un muchacho, que tenía que volver. Era tan rebelde, no la podía sujetar”.
Huerta no le quería decir a su mamá donde estaba pero le suplicó que la deje volver que estaba con un hombre, su madre no la dejó ir y Huerta se vuelve a escapar.

Duros momentos
Uno de los momentos más fuertes fue cuando la testigo contó su desesperación por no poder juntar la plata para comprar a su hija. Como sucedió en el caso de Victoria. P, -víctima de Trata- quien era obligada a prostituirse en Puerto San Julián, que tuvo la suerte de conocer un cliente, ambos se enamoraron y el hombre pagó por su libertad.
Otro momento duro fue cuando relató que al enterarse su hija que la rescataba, comenzó a gritar "soy libre", "soy libre". (Fuente: TiempoSur- La Gaceta)

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