viernes, 30 de marzo de 2012

Caso Marita Veròn



Hombre de la noche y ofertas de trabajo como "copera"
Nuevamente "Las Casitas" en el juicio de Marita Verón
Una testigo contó ayer en el juicio por la desaparición de Marita Verón que compartió con ella días de cautiverio y aseguró haberla visto hinchada y demacrada, "parecía maltratada" dijo, en un testimonio que comprometió a varios imputados.
Viernes 30 Mar 2012
Fátima M., una testigo considerada clave en la causa, declaró en la última jornada de la semana, cuando dijo que fue secuestrada el 27 de mayo de 2002, al mes siguiente de la desaparición de Marita.
La joven confirmó que vio a Verón en casa de Daniela Milheim, una de las imputadas, y reveló que Marita "se babeaba, no podía hablar, estaba hinchada, bastante demacrada y, por su cara, parecía maltratada".
"Me advirtieron que no hablara con ella porque decían que venía de un largo viaje y estaba muy cansada", indicó.
Fátima M. relató cómo fue secuestrada por Milheim para ser vendida a una red de prostitución de la que ella pudo escapar. "Un día salí a hacer compras, a eso de las 20, y me encontré con Milheim que estaba adentro de su auto en la esquina de mi casa. Cuando me acerqué para saludarla, un hombre me puso la mano en el hombro, me tapó la boca y me subió al asiento de atrás", contó.
"De ahí me llevaron hacia una casa del barrio Feput y me tuvieron varios días, aunque en un momento perdí la noción del tiempo", relató la mujer, quien sufrió una descompensación antes de iniciar su testimonio.

Dopada.
Durante su relato la joven afirmó haber visto a Marita en las dos casas de Milheim, en el barrio Feput y en Yerba Buena; dijo que a tenían dopada todo el tiempo y que tanto Alejandro González como Aldo Milheim, esposo y hermano de la mujer, solían entrar al baño para verla o se paseaban desnudos delante de ella. "Aldo se metió un día a mi cama con otra mujer y ambos me tocaron", indicó.
Señaló que un día llegó un hombre llamado Daniel Moyano, quien venía de Río Gallegos y le ofreció llevarla para que sea su mujer.
"Por lo que escuché, ese hombre había matado a alguien allá, y venía a ver cómo llevarme", expresó.
También señaló que Milheim la amenazaba diciendo que su padre podía sufrir un accidente o que le iba a pasar algo a sus hermanos, además de advertirle permanentemente que era la mujer de Rubén Ale, "una persona que siempre me despertó miedo".

Cuarto intermedio.
Ale no está imputado pero su nombre ya apareció dos veces durante las audiencias como uno de los posibles integrantes de la cadena de tratantes que facilitó el secuestro y desaparición de Marita.
Fátima M. dijo también que conoció a Melhiem cuando, siendo menor de edad, fue a trabajar con ella como empleada doméstica en una vivienda ubicada en Yerba Buena.
La joven aseguró que había terminado la relación con la mujer en buenos términos, pese a que le había ofrecido que trabajara de "copera" en Río Gallegos, algo a lo que se negó por decisión de su madre.
El extenso relato de Fátima se interrumpió cuando los jueces decidieron pasar a un cuarto intermedio y concluir una jornada de juicio que comenzó con la última parte de la declaración de David Catalán, quien era pareja de Marita cuando la secuestraron.
Tras la jornada, el fiscal Carlos Sale sostuvo que "el balance fue exitoso para el ministerio público, ya que se llegó a probar el secuestro de Marita en dos oportunidades". (Télam)

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