Sigue juicio en Tucuman Causa Marita Veron

Víctima de trata acusa a dueño de una “casita” de haberla violado

09:56 - Se conocerán el relato de otras jóvenes que habrían estado en Río Gallegos.

09:56 | TiempoSur adelantó en varias oportunidades que una víctima de trata iba a declarar en el juicio por el secuestro y la corrupción de Marita Verón. Se trata de Fátima Mansilla que es una testigo clave y dará a conocer en su relato que fue abusada por un dueño de una ex “casita de tolerancia” que funcionaba en Río Gallegos.
Además se conoció que habrá más relatos de jóvenes que habrían estado en esta ciudad.

Caso
Daniela Milhein (40) y Alejandro González (39) eran pareja cuando –según el requerimiento de elevación a juicio de la fiscal Adriana Giannoni– secuestraron a Fátima Mansilla, el 27 de mayo de 2002 (Marita había desaparecido el 3 de abril de ese año). La adolescente había trabajado como niñera durante ese mes, pero dejó de hacerlo tras contarle a su madre las sospechas sobre chicas que "iban y venían" a la casa.
Pocos días después, a la vuelta de su casa fue raptada por Milhein y González en su auto, y "empastillada". Al despertarse, en la habitación donde la habían encerrado estaba otra joven, a quien después reconoció como Marita Verón; volvería a verla meses después, en otra de las casas donde la tuvieron prisionera.
Durante los casi siete meses en que estuvo privada de la libertad, Fátima fue drogada y obligada a consumir cocaína y, en esas condiciones, prostituida por hombres que visitaban la casa. Con frecuencia, pasado el efecto de las inyecciones, se descubría desnuda y violada.
Según cuenta, uno de sus abusadores fue el dueño de uno de los burdeles en las “casitas de tolerancia”, el barrio prostibulario de Río Gallegos.
La resistencia de Fátima la hizo víctima de palizas. En una, habría participado Pablo Milhein -hermano de Daniela–, así como también  de un ataque con perros. Afirma que Milhein la amenazó varias veces con que la iban a llevar a La Rioja con Rubén "La Chancha" Ale y la iban a matar. Su captora incluso intentó estrangularla, pero su propia madre consiguió que la soltara y la hizo escapar.

Nuevos testimonios
Milhein, en su declaración ante el tribunal por el secuestro de Marita Verón, insistió en que Fátima se hallaba en libertad, pero no quería volver a su casa por supuestos malos tratos familiares. Con argumentos similares también abrió el paraguas por otras jóvenes que declararán en las próximas semanas, a quienes habría enviado a La Rioja y Río Gallegos para ser prostituidas. Lo mismo había dicho en el expediente, pero la fiscal Giannoni no le creyó.
Le costó mucho a la joven rehacer su vida. Tuvo una pareja de mellizos, pero la nena nació con una severa discapacidad, como secuela de aquella ingesta de cocaína. Al igual que la causa judicial por Marita Verón la de Fátima Mansilla estuvo paralizada durante varios años, hasta que los abogados de la Fundación María de los Ángeles comenzaron a impulsarla.
Cuando por fin se realice el juicio –más de diez años después de los hechos que aún la tienen traumatizada–, Milhein y González deberán defenderse de los cargos de privación ilegítima de la libertad, promoción de la prostitución y de la corrupción, en los tres casos agravados por ser la víctima menor de edad, y por el uso de violencia y amenazas.