miércoles, 5 de diciembre de 2012

Juzgan a matrimonio boliviano que explotaba laboralmente a una menor

LA TRAJERON ENGAÑADA DESDE COCHABAMBA A CALETA OLIVIA Juzgan a matrimonio boliviano que explotaba laboralmente a una menor En dependencias locales de la Prefectura Naval, hoy se desarrolló la primera jornada del juicio oral y público que lleva adelante el Tribunal Oral Federal de Santa Cruz, contra un matrimonio de nacionalidad boliviana acusado de haber captado en su país de origen a una menor de edad a quien mantenían privada de su libertad y sometían a explotación laboral en un comercio del barrio 3 de Febrero. Miércoles 5 de Diciembre de 2012 Tanto Richar Céspedes Rufino como su mujer Hilda Fernández Paredes, dijeron ante los jueces que la menor que trajeron desde Cochabamba les había mentido la edad que tenía. Caleta Olivia (agencia) Hilda Fernández Paredes y Richar Céspedes Rufino, son los actuales imputados y propietarios del mercado “Cochabamba” ubicado en la intersección de las calles Caída del Cielo y Marta Crowe, que fue allanado en marzo del 2011, tras una denuncia telefónica anónima sobre la situación de una chica que por ese entonces tenía 17 años. El operativo estuvo a cargo de la División Delitos Complejos y Narcotráfico y también participó Roxana Totino, actual subsecretaria de la Mujer, quien en esa fecha se desempeñaba en al área de Derechos Humanos de la Provincia, con la misión de contener a la víctima del delito de trata de personas. El Tribunal está compuesto por los jueces Jorge Chávez (presidente), Mario Reynaldi y Alejandro Ruggero, en tanto que la fiscal general subrogante es Patricia Kloster y el abogado defensor, Ariel Silva. La primera jornada del juicio, comenzó minutos después de las 10 de la mañana, donde ambos imputados acusaron a la joven de haber incurrido en “falso testimonio” y que cuando la conocieron les dijo que era mayor de edad y aseguraron que “nosotros siempre fuimos amables con ella y la dejábamos salir a todos lados”. Además, señalaron que “ella estaba muy ansiosa por venir a conocer Argentina y por ello le ofrecimos pagarle un dinero por ayudarnos con nuestros hijos”. CONTRADICCIONES Los imputados no coincidieron en la llegada de la menor al país, ya que Hilda Fernández admitió (mientras su esposo había sido retirado de la sala) que la chica eludió controles en un paso fronterizo ya que “cruzó caminando por otro camino distinto al nuestro”. Mientras, que su marido la contradijo, y relató con evidente nerviosismo que “ella (la menor) venía en la camioneta con nosotros pero habló con la policía personalmente y no sabemos cómo hizo para que la dejaran pasar”. Lo concreto es que las autoridades judiciales verificaron que en los controles fronterizos no quedó registrado el ingreso de la víctima al país. Asimismo, la mujer dijo que la adolescente “me ayudaba un poco con el negocio y comía en la misma mesa que nosotros. Yo nunca la traté mal porque la quería como a una hermana”. Quedó constatado que en todo momento la víctima fue presentada por el matrimonio como una “sobrina”, aunque entre ellos no existía ningún vínculo familiar. Por otra parte, Fernández también aseguró que “le habíamos dicho que mensualmente le íbamos a pagar 700 pesos, que le giramos a su madre en dos oportunidades, pero además le entregábamos 50 o 100 por día para que comprara lo que quisiera”. Sin embargo, al momento de las investigaciones policiales, se detectó que la menor utilizaba la misma vestimenta al menos durante una semana y que mostraba pocos hábitos de higiene. “TENIA MUCHO MIEDO” Durante esta jornada también declararon varios testigos, entre ellos Roxana Totino quien relató que cuando ingresó a la casa del matrimonio boliviano observó que la menor estaba muy asustada y lloraba desconsoladamente. Le escuchó decir que quería irse con su familia pero tenía mucho miedo de no poder escapar de ese lugar y también notó que en la habitación que ocupa reinaba un gran desorden de ropa, mercadería e incluso había bolsas de pan putrefacto. La funcionaria contó que la chica fue llevada a un hospedaje para protegerla pero ni siquiera quería salir de su habitación a comer por miedo a que sus captores fueran a buscarla. En tanto, el Tribunal Oral Federal podría dictar la sentencia del caso al promediar la tarde de mañana, tras escuchar a otros testigos, remitiéndose también a la declaración que oportunamente hizo la menor y que quedara en el expediente de la causa, ya que la misma retornó hace varios meses a Cochabamba, donde fue restituida a sus familiares.

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